En el anterior artículo os hablé de la menta piperita, ya que me parecía el más adecuado para los meses de verano, por su poder refrescante.
Siguiendo las estaciones del año, hoy me gustaría que conocieseis el Eucaliptus Globulus, otro de los aceites esenciales que siempre están en mi casa y en mi centro, sobre todo por el uso en los resfriados.
De origen australiano, alcanza a menudo los 100 metros de altura. Estos árboles proporcionan comida a los koalas , que se alimentan exclusivamente de sus hojas. Existen más de 600 especies. La variedad más conocida es el Eucaliptus Globulus, pero existen otras de gran interés, como el Eucaliptus Radiata, que sirve para infecciones virales o el Eucaliptus Citriadora del que hay que destacar su acción contra los dolores reumáticos.
Todos están indicados en los resfriados, la única particularidad, es que unos son más apropiados para las vías bajas respiratorias y otros para las altas.
En todos los aceites esenciales, me gusta destacar primero su función principal, pero todos tienen otras funciones secundarias.
Yo siempre lo uso en los catarros, bronquitis, gripes, tos..., y en algo que hace poco descubrí y me sorprendió, para tratar el el dolor de nuca.
Me di cuenta de casualidad; haciendo inhalaciones a un cliente. Cuando terminé la sesión, instintivamente llevé las manos a la nuca, ya que ese día la tenía más que dolorida y mi sorpresa fue, cuando al poco tiempo, me desapareció el dolor. Pensé que había sido casualidad, así que lo volvía repetir en otra ocasión y los resultados fueron los mismos. Investigué en varios libros y descubrí que algunos de ellos lo pautaban para el dolor de nuca.
El eucalipto es también muy beneficioso para los reumáticos (una de sus utilizaciones comerciales más frecuentes es como ingrediente de muchas cremas para este fin)
A nivel terapéutico emocional está indicado para desequilibrios emocionales, para personas bajas de ánimo, reduce la sobre carga mental favoreciendo la concentración.
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