La acción de la rosa mosqueta sobre la estructura celular confirma la leyenda que es "el fruto de la eterna juventud" al tener como ningún otro, propiedades insuperables como
antioxidante.
Además de estas propiedades antioxidantes, tiene alto contenido en Betacarotenos naturales (Vitamina A), es por ello que es un producto que
favorece el crecimiento y conservación de las células epiteliales de la piel, ojos, vías respiratorias y digestivas; lo que coloca a la rosa mosqueta como una sustancia de alto valor
cosmético, que previene el envejecimiento prematuro de la piel, y que aporta una acción terapéutica al actuar como regenerador y cicatrizante.
También tiene un alto contenido de ácidos grasos insaturados lo que le confiere propiedades de fluidez, flexibilidad y permeabilidad y la convierte en un producto ideal para los cuidados
de la piel. Está indicada en:
- Tratamiento facial y corporal reafirmante.
- Tratamiento de arrugas, cuperosis, estrías.
- Psoriasis.
- Como regenerador específico para quemaduras.
- Para recomponer los tejidos tratados con radioterapia.
- y además estimula la síntesis de colágeno
Lo que no tiene, y es algo que me gustaría recalcar, son propiedades hidratantes. Son muchas las personas que la usan con el objeto de hidratar su piel y al no obtener el resultado esperado,
debido a que la rosa mosqueta no tiene poder de hidratación y humectación, se sienten desilusionadas y no aprovechan sus verdaderas cualidades.
Os contaré una anécdota que me pasó a mi misma, para que lo entendáis mejor, Después de dar a luz a mi primera hija Alicia me pasé 15 días con mis padres en un pueblo de Galicia, y como
no soy de llevar el neceser cargado y aún no conocía las verdaderas propiedades de la rosa mosqueta, solo me llevé este aceite, con lo cual, durante esos 15 días no apliqué ninguna
hidratación más que, la que entonces pensaba, me aportaría la rosa mosqueta. Cuando llegue a mi casa después de esos días, sentía la piel con muchísima tirantez. Por contra, a día de hoy, el
olor de este aceite es el único que mi hija Alicia admite y le gusta precisamente por que en sus primeros días fue lo que tenía más cercano a
ella.
Para terminar con esta planta decir que la rosa mosqueta se propagó por Europa y posteriormente fue introducida en América del Sur por los españoles en el siglo XVI. Hoy en día, se expande
sobre todo en el sur de Chile donde se encuentra un clima y un suelo particularmente propicios para su desarrollo.
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